2 de diciembre 1992

Completamente cubierto y lluvioso. Viento

« quizá haya llegado la hora de decir definitivamente adiós a los costumbres de denostrar a los políticos » – comienza así su raro y sabroso artículo en le País (30.11.1992) Hans Magnus Enzensberger. Nunca, estos « pobres » y « sacrificados » políticos habían estado tan en la picota como ahora. No es verdad aún no se los ha guillotinado como durante la revolución francesa, aunque es verdad que el continuo rosario de sus corruptelas y corrupciones saltan últimamente a los periódicos con notable agilidad. El articulo de Enzenberger es largo y merece ser comentado. Esta noche lo intentaré.

He leído deprisa un artículo en el País de Vargas Llosa sobre las naciones. A pesar de que no me acaba de gustar como persona, tengo que reconocer que tiene razón en una cosa. Las naciones y su representación mental han sido creadas a sangre y fuego. Nada natural ni angélico en le mayoría de los casos es a construcción de eso que llamamos naciones ni del « nosotros  » con el que se alimentaron los nacionalistas para imponer su idea.