Noviembre 2002 – Rabat
14-11-2002 – Rabat
Cena concurrida esta noche en casa. Bellamin y mujer (Latifa), el escritor Youssouf Amine Elalami (del que leí su libro « Un marrocain à New York »). El Director del Goethe Institut con su mujer así como Dominique y Marie.
Esto es lo que escribe Vicente Verdú de la « moda » de las cenas en casa:
« El acceso a los demás o franquear a los demás nuestro acceso constituye una de las mejores medicinas contra la depresión, la confusión interior y la pérdida de amor propio. La casa abierta se comporta como un buen libro abierto. Prácticamente todo lo que se cuela en ella contribuye a la sabiduría y la animación. La casa compartida, cambia la repetición en amenidad, transforma la obstinada reyerta conyugal en un caso de menor importancia y desmiento el sentimiento universalizado de que aquello que nos pasa a nosotros no le pasa a nadie más. »
Olvida añadir el autor que encima, en casa se cena mejor.
Muy agradable y llena de matices la cena de anoche. Se aprende mucho de los otros, de sus fantasmas, de sus debilidades (escribo a primera hora de la mañana). Hablé mucho con Bellamine, un alma hermana en cuestión de gusto. Nos alabó « la armonía interior de este lugar ». El escritor Y. es de los que se imponen a base de hablar con un hilo de voz para luego no contar gran cosa, sus frustraciones con un programa cultural de TV fallido. Amo a Dominique por su ironía, su humor y su ausencia de la menor arrogancia, a pesar de que es de los que ha caído en el vicio del Golf como una huida del solipsismo y del autoexamen. Con E. no tuve tiempo de cambiar impresiones, estaba sentado demasiado lejos de mi y en una cena con diez personas la conversación se fragmenta.
Tenemos un nuevo inquilino en casa desde hace 15 días. Una gatita blanca y fuego (más tarde D. descubrió que era un gato) nos ha escogido como jefes y vive en una tinaja pequeña que le he installado justo en la entrada. Cada vez que salimos al jardín nos acompaña buscando caricias sin descanso.