7/8 de mayo 1992
Nubes altas, sol a rachas, brisa, tendencia a cubrirse.
Por debajo de las proclamas históricas, bajo la gloria, el horror, las apariencias, está la condición humana, los comentarios bajos de la redacción, la flaqueza humanas, los mezquinas determinaciones. De esto es precisamente de los que se ocupa la obra de Kraus. No de los titulares de los periódicos, no de los ascéticos comunicados militares sino de los pedestres diálogos reales que uniforman aquellos.
El esperpento en toda su dimensión, por consiguiente cansado y extemporáneo. A las cien paginas ya cuesta seguir avanzando y no por lo terrible sino por la banalizacíón de la ignominia. Sin contrastes no hay efectos, y a Kraus le fallan los contrastes…
Voy a leer en paralelo « La nueva filosofía moscovita » de Viacheslav Petsuf. Es lamentable pero debo reconocer que o escribo lo que imagino dentro de mi o acabaré por volverme loco.
Los libros a veces, no sólo se aclaran a sí mismos, sino que aclaran y denuncian a otros. Este de Pietsuf me lleva a pensar que el mayor error de Trapiello con su airosa manera de escribir – aunque sean tonterías – es haber pretendido enhebrarlo, hacerlo lógico y más o menso cronológica en lugar de dejarse llevar por la magia y el caso en el montaje.
8/5
Nublado, brisa, apenas hay ya necesidad de calefacción en casa.
Me levanto bastante deprimido esta mañana. Quiero buscar impactos literarios que no encuentro (por más que la novela de Pietsuf esté bien o el mosaico grande de Kraus sea respetable).
Calvo-Serraller, en plan gran mandarín del mundo del arte, se quejaba ayer y criticaba el traslado del Guernica de Picasso desde la sala aislada y absurda del Casón donde se encuentra hoy al Reina Sofia, donde se están instalando las colecciones de arte contemporáneo.
El Reina Sofia es su lugar natural y lógico. Discutir esto, criticando el funcionamiento en tanto sincopado de las sucesivas direcciones de este centro de arte es o absurdo … o interesado (se trasluce que está frustrado de no tener mano en el centro) .
