03./04.04.1992 – Mantegna en Londres
Amanece con niebla, gris perla. Sol luego.
Mañana tenemos pensado C. y yo dar una rápida vuelta por Londres para ver la Exposición Mantegna. Me faltan aclarar algunas fechas de artistas del renacimiento; cosa que voy a hacer esta manñana, un poco ida la cabeza ya que no me he dormido para acostarme hoy pronto y poder levantarme mañana.
Botticelli: 1445-1510 D. Bouts: 1420 – 1475
A. de Messina: 1430 – 1479 Durero: 1471 – 1528
D- Veneziano: 1410 – 1461 Van Eyck: 1390 – 1441
Giogione: 1478 – 1510 van der Goes: 1440 – 1482
Leonardo: 1452 – 1519 van Gossaert: 1488 – 1532
Filippo Lippi: 1457 – 1504 van der Weyden: 1399 – 1464
Mantegna: 1431 – 1506 Holbein: 1497 – 1549
Masaccio: 1431 – 1506 Memling: 1433 – 1494
Perugino: 1448 – 1523 van Orley: 13488 – 1542
P. della Francesca: 1420 – 1523
Pierre Bérégovoy, el ministro de economía, nuevo jefe de gobierno francés. Un hombre gris y fiel a Mitterrand. Las finanzas muy contentas el resto de los franceses escépticos. Una solución previsible, exente de matices que muestra hasta que punto Mitterrand se encuentra sobre las cuerdas.
4 de abril – Londres
Está nublado y hace bastante frió.
Muy temprano, arriba y de viaje para Londres.
Teníamos que dejarle la llave de casa y algo de dinero y Cesar, que duerme en casa de Juan. Una puerta de cristal y detrás lo casilleros. Estaba yo adentro buscando el nombre de la familia, tardaba. C ha salido trotando del cocho. Con la luz en el pequeño hall y las puertas limpias no ha visto el impedimento vidrio. Se ha pegado un enorme cabezazo, abriéndose la ceja, un gran hematoma en torno al ojo y la hinchazón correspondiente. Enseguida ha dejar de sangrar y no hemos propuesto el viaje. Un golpe fortísimo que en el silencios de la madrugada ha retumbado en toda la casa. Las gafas rotas (afortunadamente tenia otras de repuesto).
El Jet-foil bordea la costa belga y luego francesa: un verdadero desastre ecológico que la gente, acostumbrada, ve con naturalidad. Habría que arrastrar todo este « Progreso » de fabricas, refinarías etc. y empezar de cero. Lo demás es hablar por hablar.
Olor a mar fuerte en el puerto que apenas se entrevé. La estación de Dover está pintada con los colores británicos. Casi no hay formalismos fronterizos hoy. Esperamos la llegada del ten en el frente pintado curiosamente de amarilla.
Como animalitos, por pasillos, se pasa directamente del barco al tren hacia Victoria Station. Christa y yo hablamos de la muy comentada corrupción política que, según creo, es un simple efecto – con más posibilidades naturalmente, de la corrupción social. (vienen ejemplos que no cuento).
Sol en Dover, aunque el aire es frío. La luz preciosa.
El revisor en el tren pasa con una paloma en la mano que se ha colado en la estación. En medio del trayecto paran el tren para soltarla. Normal aquí.
Directamente desde la estación e la Real Academy of Arts. Es mucha la gente que está viendo la muestra. Desde el primer cuadro, un San Jeronimo, comprendo que valía la pena acercarnos aquí solo por Mantegna. En general, los cuadros grandes peor conservados, más repintados. Supremos los pequeños. Composición especial ocupa el espacio de manera única. Colorista, como dice Philippe d’Agen en le Monde a pesar de que todo el mundo le haya tenido por dibujante. No cuida el dibujo ni el color como los flamencos pera ensaya a prueba más, investiga. Las grisallas famosas, con fondos imitando el mármol, son en realidad esculturas, proyectos para escultura David – cabeza de Goliat o el sacrificio de Jacob). No es un clásico, no sabe proporcionar sus desnudos, tiene aún mucho de medieval y tosco. Que expresa? Que quiere decirnos con su manera personalisima? « Aquí estoy yo, soy de mi época pero no me retuerzo a nadie ».